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domingo, 4 de septiembre de 2011

Pequeñas cosas

Me gustan las pequeñas cosas, como sacar los brazos por la venta del auto y pretender que vuelo cada vez que damos una curva.  O invertir los horarios y hacer cosas a deshora, como lavar la ropa a media noche o leer a Capote por la mañana.  O sólo dar vueltas sin rumbo. O sólo ver las luces de la noche.
Me gustan las cosas pequeñas, como hacer listas de los objetos que me gustaría tener: una Polaroid, para crear imágenes en sepia y rosa viejo; o unos lentes de pasta negros muy grandes, que me escondan la expresión.
Entre otras cosas, me gusta detener al mundo con un café. Ver como mi perro me señala a los pájaros. Oler los fósforos recién prendidos. La lluvia. Buscar definiciones de amor entre las líneas de Cortázar, mientras encuentro la mía propia. Estar. Sólo estar. Me gustan las pequeñas cosas, como desconocer el lugar donde te refugias cuando te vas.

jueves, 27 de mayo de 2010

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Me gusta la melancolía de la injusticia. La tristeza de la felicidad. La visión optimista que tiene Sábato del mundo. El comienzo "Podrías creer...". Inventar historias que no terminan. La posibilidad de reinventarse. Utilizar la palabra "intransigente" como insulto. El amor como complicidad. Los paraguas como Cupido. La alineación entre el sol, Júpiter y el león. Los hombres que dicen la frase precisa. Recordarte llegando con almohadas por debajo de los brazos. Martha de Tom Waits. Soñar que bailamos. La sinceridad descarada. Vito dándole elegancia a mi biblioteca. Caminar por las acera de Antímano con un morral. El helado de chocolate. Engañar con mi imagen. Encontrar codornices por primera vez. El señor que refunfuña pidiendo café en Caricuao. La gente que no deja de ser sencilla con la fama. Sid y Nancy besándose en medio de la basura. The Tudors. La certeza de que si no te lanzas del puente, llegarán motivos para vivir. Las papas con queso. El sombrero de corte italiano y los lentes a lo Jhonny Deep. Jugar póker. Adoptar los libros que están a punto de quedar huérfanos. Raro Thomas. El tequila de Chamuscos. 2007. La Familia del Futuro. El traje del muerto. Dormir en el jardín con un libro tapándome la cara. Despertar con el colibrí flotando en medio del cuarto. La frustración de no poder tomarle una foto. Manejar sin rumbo con los vidrios abajo. La autopista de Madrid hacia Galicia. Buscarle formas extraordinarias a las nubes. Cantar. El Padrino. Salir del metro por la Plaza Altamira y mirar la fuente. Travesuras por la mañana. Una buena vista desde el jardín eterno. Mi padre más tolerante con la vejez. Usar camisas de rayas. Ser psicóticamente ordenada. Imaginarnos como fantasmas cuando éramos estudiantes. Acompañarme de letras en las noches solitarias. Seguir tu tradición de ver Dvds por la noche. El sapito René. Mi encendedor del Barca. Las cosas que creíamos olvidadas. Pasar por esa parte de la ciudad que podríamos haber llamado nuestra. Caracas convertida en Londres.

viernes, 6 de marzo de 2009

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El olor de los fósforos. Comer chocolate. El color morado. Arrancarme la pintura de las uñas con los dedos. Caminar los viernes después de comer. Salir sin saber a dónde voy a llegar. Tomar limonada. Las películas viejas. Las películas en general. Tomar fotografías. Los profiteroles y las bombas. Correr. El francés. Los girasoles. Ordenar el cuarto. Tener el auto limpio. Descubrir una canción en la radio. Que cuando pregunto “¿recuerdas?”, la respuesta sea “si”. Conseguir en oferta algo que quería desde hace tiempo. El pollo con puré de papas. Cat Power. Arrancar un vello con la pinza. Encontrar una llamada perdida. Teñirme el cabello de rojo. El metro de Caracas cuando no hay mucha gente. Tomar café al despertarme. El jardín de la Universidad Católica Andrés Bello. Usar blue jeanes. Leer un buen libro después de bañarme. El salmón. Dormir después de varios días de trasnocho. Las partes del hombre que lo hacen diferente de la mujer. Tener una conversación interesante. El punk. Tener el control. La sinceridad plena. Los reality shows sobre moda y cocina. Tener alguien con quien contar. Cantar en la ducha. Las sorpresas oportunas. Que me abracen sin yo pedirlo. Manejar por La Cota Mil de extremo a extremo. Las historias de amor. El olor de la almohada. Las franelas con rayas. Comprar chaquetas. Ir a la playa un día de semana cuando no hay nadie. Ver la ciudad desde el mirador. La combinación anaranjado - verde. Las canciones de rock con violines de fondo. El piano. Ver mi oficina con flores. El sexo con amor. Cuando logro lo que me propongo. Los días sábado. Montar a caballo. Los leones. Las historias de mi abuelo. Los Converse. El apellido Scheneider. Los pantalones acampanados. El viento.