Te descifro.
Te sientes desnudo,
al descubierto.
Como si te hubiese arrebatado el escudo,
que vistes alrededor de tu cuerpo,
la máscara que cubre tu rostro,
los vientos que azotan tu cuello.
Indefenso,
cubres tu desnudez de mi rostro,
y por miedo a ser herido,
no eres capaz de afirmar:
“yo en ti confío”.
20/12/2005
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