martes, 28 de septiembre de 2010

Bipolar

No sé qué pasa cuando te vas que me quedo con una sonrisa. Sobretodo los días que no tratas de pretender que nunca ha pasado nada y ni siquiera fuimos amigos alguna vez. Lo peor de todo es que no entiendo qué es lo que me agrada de ti, si es que realmente hay algo.

Pero si es así, no queda más que seguirnos ignorando

viernes, 24 de septiembre de 2010

De nuevo la lluvia

Me gustan los días que contienen cierta electricidad en el ambiente. Cuando caminas por la calle bajo el cielo gris tenue y un viento muy fuerte que abate los árboles te dice que está a punto de llover.
Por un segundo puedes olvidarte de quien eres y no reconocer en donde estás. Creer que tienes las botas puestas en vez de sandalias y estás a punto de presenciar el milagro del invierno.

jueves, 23 de septiembre de 2010

¿Cuántos estarán pensando lo mismo que yo en este momento?
Si supieras en tu delirio, Ceratti
cuánto te agradezco haber estado conmigo
ese 2007 del que no me desprendo.
Escuchando "El Temblor"
una madrugada que no logré dormir,
mientras viajaba a oscuras en un autobús
rumbo a Galicia
donde sentado detrás de mi,
se encontraba otro desafortunado
que tampoco alcanzó el sueño,
pero sin tu música.
O te enteraras Bukowski, bajo la tierra,
cómo enterraste contigo la soledad,
con tus poemas.
Y me hiciste comprender
que en este mundo
alguna vez
alguien sintió por la muerte,
la poesía y la miseria
lo mismo que yo,
de una forma tan irreverente y burlesca,
que creí se pueden compartir momentos
fuera del espacio y el tiempo.
Nota del autor:
Me pasó lo más extraño,
este texto, que estaba sin terminar, se publicó solo...
Me rio, creo que Bukowski metió la mano en eso.
Así se queda

martes, 21 de septiembre de 2010

“Tengo dos opciones: permanecer en la oficina de correos y volverme loco, o quedarme afuera y jugar a ser escritor y morirme de hambre. He decidido morirme de hambre”.


Charles Bukowski

Es hora de seguir adelante
antes de que todo se enfríe

lunes, 20 de septiembre de 2010

martes, 14 de septiembre de 2010

La memoria del cuerpo

Me gusta sentirme ajena entre mis propias las líneas y creer que es otra la que escribe. Siendo así, este texto estaría habitado por quien sostiene con su inocencia la capacidad de asombrarse y puede transmitir mucho más que la tristeza de las noches estrelladas.
Se trataría más bien de una persona demasiado optimista, que descubre nuevos mundos cada vez que amanece, que mantuvo su cuerpo en una sola pieza y nunca, nunca, se acusaría de ser víctima del aburrimiento de una historia gris; porque no tiene motivos para desconfiar de la vida, ni se acuesta sobre las inseguridades.
Lo que hay aquí podría ser entonces algo más que un manifiesto críptico, la vitrina donde se muestra una autobiografía mitológica o una vida que se detiene para mirar el espejo con cierto grado de lamento; borrando las fracturas y enterrando en la nada la memoria del cuerpo.

"If you wait another day, i will wait a day"
(Agnes queen of sorrow)
Tengo sed, sed de arte

domingo, 12 de septiembre de 2010

Pianito epistolar

Para Ainhoa, las noches de letras, los amigos que se van y tantas cosas

sábado, 11 de septiembre de 2010

El todo es mayor que la suma de sus partes

Zapatos mojados, aguja inerte, mal corte de cabello, cable roto. Negociación insegura, motor recalentado, paraguas que no abre, beso sin amor. Hendidura en la frente, blancura excesiva, pantalla partida, guardafango y chispas. Pasaje sin vuelo, canas por doquier. Palabras que sobran, palabras que faltan, lluvia, lluvia y más lluvia, ojo de aguja, lente de pez...
¿Y si bailamos?

A mi también me gustaría saber como termina esta historia.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Tengo ganas de ver una película triste

Decir de más (Closer)




"Se dice que hay varias maneras de mentir; pero la más repugnante de todas es decir la verdad, toda la verdad, ocultando el alma de los hechos"

Juan Carlos Onetti

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Para seguir viviendo

Sería mejor esperar y no seguir forzando al destino, sobre todo cuando la vida se traba y los intentos de engañar al universo terminan en frustración. Me siento frágil y no sé en qué me he convertido o en qué momento los espacios se fueron llenando de resignación.
Quisiera preguntarte lo que ya sé, pero no me atrevo.
Ya ni la lluvia me escurre de la tristeza de una vida que se ha vuelto gris y claustrofóbica. Ansiosa y desesperada, como muchas. Admitamos usted y yo, que aquí no se ha perdido el tiempo, como se ha perdido en tantos lugares.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Exposición

No puede haber trabajo más susceptible a la susceptibilidad que el de ser, o tratar de ser, escritor.