martes, 14 de septiembre de 2010

La memoria del cuerpo

Me gusta sentirme ajena entre mis propias las líneas y creer que es otra la que escribe. Siendo así, este texto estaría habitado por quien sostiene con su inocencia la capacidad de asombrarse y puede transmitir mucho más que la tristeza de las noches estrelladas.
Se trataría más bien de una persona demasiado optimista, que descubre nuevos mundos cada vez que amanece, que mantuvo su cuerpo en una sola pieza y nunca, nunca, se acusaría de ser víctima del aburrimiento de una historia gris; porque no tiene motivos para desconfiar de la vida, ni se acuesta sobre las inseguridades.
Lo que hay aquí podría ser entonces algo más que un manifiesto críptico, la vitrina donde se muestra una autobiografía mitológica o una vida que se detiene para mirar el espejo con cierto grado de lamento; borrando las fracturas y enterrando en la nada la memoria del cuerpo.

"If you wait another day, i will wait a day"
(Agnes queen of sorrow)

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