No desesperarnos de que se vayan las ganas o se descubra quienes no queremos ser, vivir los segundos a la vez, darnos tiempo de encontrarnos y dejar de ofrecernos. Sería lo ideal, tomando en cuenta que no es nada fácil desprenderse:
Sonrio pensando en los momentos cuando tomar lo prohibido representaba mi existencia y tú, tú que ya no existes. A veces te encuentro y creo que te asomas en la mirada, como un pequeño guiño que habita en tu ojo. Luego te vas y recuerdo, que incluso esto pudo extinguirse sin razón y que ya no eres quien me empuja cuando la luz del semáforo es amarilla.
1 comentario:
Guao!
Eso parece una causa que se va perdiendo, un amor que va perdiendo sus petalos.
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