Los grumos en el café. La gente que bota basura en la calle. Que me avergüencen en público. Las berenjenas. Las mentiras. El aire acondicionado. El suicidio. Que tomen mis cosas sin preguntarme. Los pellizcos. La pobreza. Querer llamarte y que no estés. Los correos de cadenas. Cuando mi bolso se traga las cosas. Que me llamen sin tener nada que decir. Cuando el carro no enciende. Ir de pie en el autobús. La gente que se ríe en el cine porque no entiende la película. Usar pantalones de vestir todos los días. La indiferencia. La comida aburrida. Despertar y darme cuenta de que todo fue un sueño. Cuando no me saben leer. Cuando cambian al actor de una película y lo ponen como el mismo personaje. Llorar en público. Las frases vacías. No poder hablar porque la música está muy alta. Tener cigarros pero no un encendedor. Correr a atender el teléfono y que cuelguen. Los zapatos con punta. Ver lo que acabo de comprar más barato en otro sitio. Caminar por el Sambil y que me empujen. Las paredes grises. Cuando adulan demasiado a una persona y la echan a perder. Los estampados de leopardo. Los errores ortográficos graves. Pasar la Navidad sola. Las enfermedades. Los hospitales. Los abrigos de piel. Escuchar vallenatos. Sentirme ansiosa. Cuando enfocan a los beisbolistas escupiendo. El calor. Los silencios incómodos. Mojarme los pies cuando llueve.
No hay comentarios:
Publicar un comentario