Que el amor se le agotó de repente
y fue héroe
por no mentirte.
Que la comida se pudre,
y, algunas veces,
te duelen las entrañas
hasta que lloras.
Que cuando cruzó la avenida,
la rabia le nublaba la mente
y sólo veía rostros borrosos.
Que el olvido se te da más fácil
y ahora le temes
a las ambulancias.
Que a los labios les salen pellejos
cuando su cuerpo
te priva las ganas.
Que a Dios ya no le pides cosas buenas
sino que no sucedan
más desgracias.
Que te haces de papel
y ya no le dedicas
ni una lágrima.
Ni a él
ni a ti
ni a nada.
Y que tal vez con la edad
todo se agota,
y se seca...
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