Con el brazo apoyado sobre el vidrio, miraba fijamente a través de la ventana desde el puesto de atrás, mientras ellos conversaban sobre los viajes en mochila a lugares selváticos, los miedos adquiridos con la edad y alguna otra cosa que se debe haber desvanecido en el trayecto. Yo sólo veía las luces del valle oscuro a través del cristal, imaginando historias de la noche y tu cuerpo, diminuto por la distancia, inmerso en algún edificio, en algún automóvil o en alguna calle.
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