Dame algo que me permita levantarme de la silla, apagar la computadora y salir del edificio. Caminar por la acera que se da entre los árboles secos, hasta llegar a la parada de autobús, y sentarme en el banquito donde miraré por algunos minutos cómo los carros bajan y suben por la avenida. Y parecer que miro ajena a las idas y venidas de la ocupación, mientras me cambio los zapatos por unos más cómodos y es tan yo, que todo apunta a que es socialmente incorrecto. Dame algo que me permita contarte que antes de salir escuché sus risas dentro del salón y comencé a extrañar lo que aún no se había ido.
1 comentario:
Interesante, entretenido, estuve un rato paseando...
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