jueves, 25 de marzo de 2010

A veces te veo en sueños

3.
Camibaba por el pasillo del centro comercial mirando hacia la baranda, cuando me encontré contigo de frente. Tú caminabas en sentido opuesto con un grupo de amigos, entre ellos Antonio y una chica que no logré reconocer. Te veías tan nítido, que me quedé estática de la impresión, hasta que dijiste: -Hola tú-. Te observé con detenimiento; tu cabello estaba más largo de lo acostumbrado y traías puesta una inusual franela verde limón. Entonces me acerqué y sostuve tu rostro entre mis manos para comprobar que eras real. -¿No estabas muerto?- dije. -Todo fue una farsa- contestaste. -Pero yo vi tu ataúd y me asomé a través del cristal para comprobar que tenías la cicatriz de la frente-. Comencé a llorar con desespero y te acercaste a mi para darme un abrazo. Tus brazos también eran reales. Entonces te reclamé todo el tiempo oculto, el insominio de todos y el psiquiatra de tu madre. Tu cicatriz se hizo más profunda y reíste. -¡No puede ser que se hayan puesto así por eso!. -¿Alguien lo sabe?-, pregunté. -No, sólo tú-. Entonces tomé el teléfono para descubrirte y desperté de golpe. Ahora lo sé, con esto querías decirme que no me olvide de ti.

No hay comentarios: