En días como hoy, cuando la felicidad se apodera de mi cuerpo y lo llena de tal manera que está a punto de reventarse siento ansiedad, desespero y ganas de derrumbarme. Entonces me torno reflexiva y melancólica y me aterro al altibajo que pueda venir de esta vulnerabilidad. ¿Y si explota todo el aire y quedan regados los pedazos? ¿o será la culpabilidad que siente el Ser Humano de ser feliz cuando hay tantos motivos para llorar?. Si la vida es una curva que sube y baja cíclicamente, tal vez lo más lógico sea temerle no a la caída que sabemos llegará.
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