jueves, 27 de mayo de 2010

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Me gusta la melancolía de la injusticia. La tristeza de la felicidad. La visión optimista que tiene Sábato del mundo. El comienzo "Podrías creer...". Inventar historias que no terminan. La posibilidad de reinventarse. Utilizar la palabra "intransigente" como insulto. El amor como complicidad. Los paraguas como Cupido. La alineación entre el sol, Júpiter y el león. Los hombres que dicen la frase precisa. Recordarte llegando con almohadas por debajo de los brazos. Martha de Tom Waits. Soñar que bailamos. La sinceridad descarada. Vito dándole elegancia a mi biblioteca. Caminar por las acera de Antímano con un morral. El helado de chocolate. Engañar con mi imagen. Encontrar codornices por primera vez. El señor que refunfuña pidiendo café en Caricuao. La gente que no deja de ser sencilla con la fama. Sid y Nancy besándose en medio de la basura. The Tudors. La certeza de que si no te lanzas del puente, llegarán motivos para vivir. Las papas con queso. El sombrero de corte italiano y los lentes a lo Jhonny Deep. Jugar póker. Adoptar los libros que están a punto de quedar huérfanos. Raro Thomas. El tequila de Chamuscos. 2007. La Familia del Futuro. El traje del muerto. Dormir en el jardín con un libro tapándome la cara. Despertar con el colibrí flotando en medio del cuarto. La frustración de no poder tomarle una foto. Manejar sin rumbo con los vidrios abajo. La autopista de Madrid hacia Galicia. Buscarle formas extraordinarias a las nubes. Cantar. El Padrino. Salir del metro por la Plaza Altamira y mirar la fuente. Travesuras por la mañana. Una buena vista desde el jardín eterno. Mi padre más tolerante con la vejez. Usar camisas de rayas. Ser psicóticamente ordenada. Imaginarnos como fantasmas cuando éramos estudiantes. Acompañarme de letras en las noches solitarias. Seguir tu tradición de ver Dvds por la noche. El sapito René. Mi encendedor del Barca. Las cosas que creíamos olvidadas. Pasar por esa parte de la ciudad que podríamos haber llamado nuestra. Caracas convertida en Londres.

1 comentario:

Alberto dijo...

Me gustaría mucho ver a Caracas convertida en Londres...pero un Londres interesante... como el de Wilde.

¿Interesante o aburrido?, no se, pero sería buenísimo.