Los mejores se van temprano,
En un instante de intensidad abrasante,
La fugacidad de una vida demasiado hermosa para ser longeva,
Así me despido de cada hermano,
Así se va la gente importante,
Y si he de permanecer para verlos a todos convertirse en ecos inmortales,
Si así me he de convertir en el alquimista del recuerdo de mejores días,
Que así sea,
Que así sea,
“Las mejores mentes de mi generación”,
Veloces astros sin dirección,
serán devoradas por la locura,
Pero consumidas en servicio del amor,
De la pasión de un bien mayor, una vida simplemente vivida,
Por siempre, los héroes de mi veneración,
Mis modelos a seguir, mis compañeros en armas, mis trincheras en la premura,
Los placebos a mi temor,mi más ferviente pavor, el de desperdiciar vida,
En algo en lo que ellos no perderían su tiempo ni agotarían esfuerzo.
Milagros constantes, vivir en presencia y compañía,
De espectaculares gigantes,
De hombres viciados inteligentes,
Un testimonio en mis versos,
Atestiguar a un sol alcanzar supernova, un milagro de un día,
Una tarde ociosa, entre extraños semejantes,
Entre los que son, un perfecto ignorante,
Y yo,
Ante todo,
Un sentido del humor, sin sentido,
Una carencia de relevancia en todo,
Y la plena consciencia de todo esto en vista de lo pequeños que somos,
Una visión universal,
Del hombre de familia, del héroe inmoral
De la antítesis del Nazareno,
Mi amigo, el indecente,
Mi amigo, el padre prematuro,
Mi amigo, el hombre inmaduro,
El moralmente ambivalente,
Un hombre de mundo,
De letras, obscenas, y ricas, abundantes, proezas ambulantes,
Un hombre de pocas palabras,
Pero en lo pocas, sabias,
En lo breves, ciertas,
En lo ausentes, hermosas,
Carentes,
Un hombre sin miedos,
El que enuncia la palabra amigo sin rodeos,
El que se da un guamazo de whisky sin que le tiemble el pulso,
Sin la cara de crío,
El sabe ser uno cuando hay que serlo,
Un hombre de rostro hermoso,
El rostro que da gusto ver,
La mano que más vale estrechar,
Un nombre,
Al que realmente voy a echar de menos…
En un instante de intensidad abrasante,
La fugacidad de una vida demasiado hermosa para ser longeva,
Así me despido de cada hermano,
Así se va la gente importante,
Y si he de permanecer para verlos a todos convertirse en ecos inmortales,
Si así me he de convertir en el alquimista del recuerdo de mejores días,
Que así sea,
Que así sea,
“Las mejores mentes de mi generación”,
Veloces astros sin dirección,
serán devoradas por la locura,
Pero consumidas en servicio del amor,
De la pasión de un bien mayor, una vida simplemente vivida,
Por siempre, los héroes de mi veneración,
Mis modelos a seguir, mis compañeros en armas, mis trincheras en la premura,
Los placebos a mi temor,mi más ferviente pavor, el de desperdiciar vida,
En algo en lo que ellos no perderían su tiempo ni agotarían esfuerzo.
Milagros constantes, vivir en presencia y compañía,
De espectaculares gigantes,
De hombres viciados inteligentes,
Un testimonio en mis versos,
Atestiguar a un sol alcanzar supernova, un milagro de un día,
Una tarde ociosa, entre extraños semejantes,
Entre los que son, un perfecto ignorante,
Y yo,
Ante todo,
Un sentido del humor, sin sentido,
Una carencia de relevancia en todo,
Y la plena consciencia de todo esto en vista de lo pequeños que somos,
Una visión universal,
Del hombre de familia, del héroe inmoral
De la antítesis del Nazareno,
Mi amigo, el indecente,
Mi amigo, el padre prematuro,
Mi amigo, el hombre inmaduro,
El moralmente ambivalente,
Un hombre de mundo,
De letras, obscenas, y ricas, abundantes, proezas ambulantes,
Un hombre de pocas palabras,
Pero en lo pocas, sabias,
En lo breves, ciertas,
En lo ausentes, hermosas,
Carentes,
Un hombre sin miedos,
El que enuncia la palabra amigo sin rodeos,
El que se da un guamazo de whisky sin que le tiemble el pulso,
Sin la cara de crío,
El sabe ser uno cuando hay que serlo,
Un hombre de rostro hermoso,
El rostro que da gusto ver,
La mano que más vale estrechar,
Un nombre,
Al que realmente voy a echar de menos…
Luis Felipe Blanco (1983-2010)
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