Sacude la calle de tus hombros
mientras la noche del océano
se vuelve estrecha.
Dame tu silencio y tu tremura
cuando hagas magia
sin darte cuenta.
Juguemos a ilusionar las voces
si nuestros brazos
ya no están cerca.
Y siente el fantasma
de mi rostro
sobre la frente, como un susurro,
cuando los párpados caigan
y el cuerpo se desfallezca.
Mientras la llama esté viva,
la madrugada será nuestra.
1 comentario:
bellisimo!
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