Me gustan las pequeñas cosas, como sacar los brazos por la venta del auto y pretender que vuelo cada vez que damos una curva. O invertir los horarios y hacer cosas a deshora, como lavar la ropa a media noche o leer a Capote por la mañana. O sólo dar vueltas sin rumbo. O sólo ver las luces de la noche.
Me gustan las cosas pequeñas, como hacer listas de los objetos que me gustaría tener: una Polaroid, para crear imágenes en sepia y rosa viejo; o unos lentes de pasta negros muy grandes, que me escondan la expresión.
Entre otras cosas, me gusta detener al mundo con un café. Ver como mi perro me señala a los pájaros. Oler los fósforos recién prendidos. La lluvia. Buscar definiciones de amor entre las líneas de Cortázar, mientras encuentro la mía propia. Estar. Sólo estar. Me gustan las pequeñas cosas, como desconocer el lugar donde te refugias cuando te vas.
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