miércoles, 5 de septiembre de 2012

El amor y el deseo es como la fe



No hay deseo, niño, que no sea una locura.
Luego del amor, vendrá el amor
-o se detendrá el tiempo ahí
lastimándonos
aburriéndonos-
y así, sucesivamente
contaremos la vida en sexos,
en genitales que nos gustaron
más o menos.

No hay deseo, niño, que sea paciente
aunque el amor pueda ser discreto
y mentiroso,
el que ama va siempre
herido
a consecuencia de su propia
pasión.

No hay deseo, niño, que no cele
que no lastime
que acuerde/
El deseo es siempre un desacato
perseguir lo que no se tiene
lo que huye.

Es como la fe, niño,
el amor y
el deseo es como la fe.

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