Desde hace unos meses para acá, la rutina del trabajo comenzó a consumir mis energías y mi estado de ánimo. El hecho de disfrazarme todos los días para ir a la oficina, sentarme frente a la computadora y voltear para encontrarme sólo con paredes grises, me deprimía más de la cuenta y me recordaba esa canción de Nine Inch Nails, que proclama: "I believe i can see the future, cause i repeat the same rutine".
Sin embargo, creo que con el tiempo todos somos capaces de acostumbrarnos a muchas cosas, incluso a las que menos nos agradan.
Esta mañana, Pati me dijo que los artistas solemos ser así (si, ella cree que soy una artista), porque "somos muy libres y este tipo de ambiente nos encadenan".
Pati es una compañera de oficina a quien considero una persona genial, no sólo por sus ocurrencias, sino por lo sorpresivamente polifacética que puede llegar a ser. Pati tiene casi el doble de mi edad y es abogado, profesora de yoga, locutora, fotógrafa, modelo y cosas que seguramente seguirán sorprendiéndome.
En fin, que Pati y yo pasábamos esta mañana por su casa para buscar unos materiales de la oficina -nos habían encomendado hacer una campaña publicitaria y quién más iba a ser la modelo sino Patricia- cuando sacó su saxofón y comenzó a tocar.
En fin, que Pati y yo pasábamos esta mañana por su casa para buscar unos materiales de la oficina -nos habían encomendado hacer una campaña publicitaria y quién más iba a ser la modelo sino Patricia- cuando sacó su saxofón y comenzó a tocar.
La melancólica sinfonía y el hecho de pensar que nunca es tarde para cumplir con las cosas que soñamos, tocó alguna vibra de mi. Así que de regreso a la oficina, comencé a soñar. Soñé que vivía en Londres y filmaba una película -por primera vez consideré la idea de irme de aquí permanentemente-. Soñé conmigo misma tocando guitarra en mi cuarto -aún cuando es algo que siempre dije que haría y en lo que nunca puse el suficiente empeño-. Soñé con hacer ejercicio de nuevo. Soñé con todas las cosas que había creído perdidas porque ya era tarde, no tenía tiempo o no había dinero. Soñé con las cosas que siempre quise hacer y nunca cumplí.
Creo que la vida pasa tan rápido, que las ilusiones que solemos tener comienzan a irse junto con nuestra juventud. Hoy me di cuenta de que nunca es tarde para ser niño y soñar otra vez.
5 comentarios:
Que bello post.
Los sueños vienen de nuestros anhelos, siempre debemos anhelar, debemos querer, las metas son infinitas, pero hay que hacerlo, hay que despertar, la rutina enloquece pero siempre hay tiempo, siempre.
Saludos
¡La foto esta super por cierto!
Tiene un aire melancolico.
Saludos.
Muchas Gracias!!
Nunca es tarde y menos si es para cosas que nos gustan. Lo certifico Paty es genial!
You're so fucking right 'wife' of mine.
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