viernes, 30 de enero de 2009

Imagina que es jueves por la noche. Estamos reacostados en el sofá, mirándonos los rostros y susurrando algunas palabras en la oscuridad de la sala. Te acercas muy despacio y entonces nos damos un beso. Esa sería una bonita manera de empezar un cuento.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Puede ser una manera bonita o tenebrosa. Incluso podría terminar en una cama con el humo del tabaco. Todo depende de los personajes que están en el cuento.