Te ocupas, para no pensar en qué serías si tuvieras el valor de pertenecerte; pero cuando la noche es sola y ves las estrellas desde las rodillas, lo imaginas de todas formas.
Para que el tiempo entierre las esperas y no estés tentado a voltear al pasillo, que posiblemente esté alumbrado y desierto; ni abandonar la casa que ya no es tuya ni aceptar que ahora eres el extemporáneo, que se encierra en la fantasía de intimidad, que podría convertirte en algo tuyo o en algo nuestro.
1 comentario:
Es así... volteamos a los lados en busca de algo para ocuparnos y no tener que ver lo que tenemos en frente... Muchas veces por miedo a flaquear, otras porque no queremos que nos invada la nostalgia, la tristeza, la rabia... ¿quién sabe qué más?
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