lunes, 7 de mayo de 2012

Radiografía de mis huesos

No deseo que leas esto. No quiero que sepas que puedo estar triste, vulnerable todo un día porque no dormí bien, se me extravió algo, se me rompieron los zapatos, o, sencillamente, salí de casa sin lavarme el cabello. No quiero que sepas de los días en que me desgarro porque me hace falta tener a alguien que me quiera. A quien yo quiera. Que me abrace.
No quiero que sepas que, así como me ayudaste a saber que podría empezar desde cero, tú también podrías destruirme. Que no está en mí ser la chica que reafirme cuánto amas a otra. Que no tengo la intención de generarte la duda del por qué este texto redunda tanto en sus "quiero".
Prefiero que no estés al tanto de días como hoy, en que me siento tan ridícula. Que recuerdes que nunca he podido llorar con lágrimas, que la gente cree que finjo con una mueca; y, sin embargo, una vez me sentí tan triste... que comenzó a llover.

2 comentarios:

Nadia Goncalves dijo...

Me encantan tus poemas de despecho. Tienen tanta pasión, tanta vida. Me encantan. Le dan sentido a la tristeza, sacan una sonrisa dentro de tanto desastre. Me gustan tus escritos porque sale a la luz lo hermoso de ti, a pesar de la adversidad. Te quiero. :)

Agnes dijo...

Qué hermosa :)