No sé si trata de mi dificultad para percibir aquello que es sutil a primera vista. Pero tenías razón en algo, hay cosas que nunca comprendí.Sobre todo aquellas que se escaparon de mis manos: Como tu lenguaje tan enredado, o haber cruzado todo el océano para encontrarme con un fantasma en la plaza, que camina sigilosamente entre el viento y las parejas que se besan, sin dejarse ver.
Y así, mirar el pasado se ha convertido en eso, recordar fantasmas. Personas y lugares que quedaron atrás y me dejan de pie, preguntándome si soy yo quien debiera moverse y no seguir viendo los días pasar.
La verdad es que nadie quiere admitir su soledad.