domingo, 20 de marzo de 2011

Volver al origen


A veces soñar nos transporta, otras veces basta con recordar para que la mente haga semiosis ilimitada. Y es que no hay etapa más hermosa de la vida que la infancia, con tantas expectativas e ilusiones sobre el futuro y toda una vida por delante para realizarlas. // Buscando entre mis películas favoritas de hace 15 años, y recordando cómo me enamoraba platónicamente de los actores que las interpretaban, me trasladé a la época de mi vida cuando me prendé del cine y supe que quería ser comunicadora social: Fue alrededor de esos días de colegio, cuando contaba las películas que había visto con tanta emoción y detalle que mis amigas podían recrearlas sin haberlas visto. // Entre esos recuerdos me viene a la mente cómo mi abuela me incentivaba a que nunca dejara de escribir, porque me veía de arriba para abajo con mi cuadernito haciendo cuentos, creando historias, imaginando guiones y hasta a los actores que utilizaría para recrearlas. // O mi padre que me regalaba bolígrafos en cada oportunidad que tenía, de todos los colores y tamaños existentes. Nunca me dijo el por qué. Pero mi tío, muchos años después, me explicó que era su forma de acercarse a través de mis gustos. // O un día tan tenue y definitivo en mi vida: como fue aquél cuando vi un video de mi primo haciéndose pasar por un reportero y supe, como sabe uno las cosas importantes, que esa quería ser yo. // Entonces me miro a mi misma actualmente, quejándome de lo solitaria que puede ser la vida de un escritor, o de lo difícil/casi imposible que es mantenerse a raíz del cine, y me doy cuenta de lo tonta que he sido. // Ahora sonrío pensando que no me alejé por completo de mi camino y que después de todos estos años de vida y de experiencia, no le fallé a la niña que aún vive dentro de mi cuando me enamoro de una historia. // Me queda mucho por recorrer, no lo niego. Y es que me encuentro en una etapa muy "Bukowski" de mi vida. Sé que ya he citado esto antes, pero vale la pena recordar tan sabias palabras del viejo:

"Tengo dos opciones, permanecer en la oficina de correos y volverme loco, o quedarme afuera y jugar a ser escritor y morirme de hambre. He decidido morirme de hambre".


Y así será, jugaré a perseguir sueños.

miércoles, 9 de marzo de 2011

"Al que nada espera nunca le llega lo inesperado"

Heráclito