lunes, 29 de junio de 2009
A veces te veo en sueños
2.
No recuerdo cómo llegaste hasta aquí, sólo sé que de algún modo estamos frente a frente. Traes puesta una franela de mangas largas con una chemise encima y una gorra, todo de color negro a excepción de los bluejeanes.
Dicutimos sobre cómo el nombre influye por completo sobre las cosas y la palabra novios, por ejemplo, puede cambiar el significado de una relación. Al cabo del tiempo no sé que decir, tengo una pregunta en la comisura de la boca, pero las palabras no me salen. Ves la expresión de mi rostro y me dices: Te preguntas qué se siente, ¿verdad?. Yo me limito a mover la cabeza de arriba a abajo, sutilmente. Tu cara refleja resignación y, sin ninguna maldad, me explicas: al contrario de lo que puedes imaginar, no estoy solo.
miércoles, 17 de junio de 2009
Quizás si las paredes fueran amarillas
Estar rodeado de paredes grises, que te presionan a contener la boca con discresiones, es pasar cada hora pensando sobre cómo la juventud se va más rápido de lo que creías y el cuerpo, que alguna vez fue bello, se corroe con el aire, el polvo y la rutina.
Es también darse cuenta de que los sueños son cada vez más borrosos e imaginar aeropuertos mientras tienes los pies bien plantados, como raíces, con la única esperanza de conocer su rostro.
Estar aquí es consolarse con saber, que alguna vez, los antiguos griegos explicaron que los amados de los dioses mueren jóvenes, porque asi se convierten en leyenda y se marchan sin haber perdido la vitalidad en el rostro y la alegría en el corazón. Como si desde aquel tiempo hubiesen querido calmarte los miedos.
lunes, 8 de junio de 2009
miércoles, 3 de junio de 2009
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