1
Le falta algo a los días como hoy. Días grises y anestesiados, que solapan el cansancio por la cobardía del resto. Llenos de la tranquilidad de sentirse un tanto apático.
Esa sensación de dopaje se disipa momentáneamente con las distracciones: Conversaciones y personas que apagan el ruido del silencio. Que acallan los propios pensamientos.
Esa sensación de dopaje se disipa momentáneamente con las distracciones: Conversaciones y personas que apagan el ruido del silencio. Que acallan los propios pensamientos.
2
Bien es cierto que uno termina por acostumbrarse a los adioses y tumbas. Y es durante esa estabilidad cuando comenzamos a recordar sin dolernos. Aceptando la vida como sí misma.
Porque una vez que se entiende la realidad sin juzgarla, comienzan a descansar las frustraciones por los anhelos inconclusos.
Porque una vez que se entiende la realidad sin juzgarla, comienzan a descansar las frustraciones por los anhelos inconclusos.
3
No se puede evitar sentir que el espacio queda vacío una vez que se han espantado todos los fantasmas. Dejando un cuarto pulcro, lleno de nadas que se convirtieron en el todo.
Le falta algo a los días como hoy. Días escasos de historia.
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